Haidar, en silla de ruedas
El tema viene de lejos,
de nuestra última colonia,
do el caimán ganó su gloria
y abandonó sin complejos.
Cual siempre, en nuestra historia
no súpose hacer frente
y en retirada prudente
aquí paz y allí la gloria.
Mas la gloria fue un infierno
pues Marruecos por él quiso
tales tierras sin permiso
de quien había gobierno.
Y ansí comenzó una guerra
por detentar un desierto
que no es en punto muerto
aunque quiérase echar tierra.
Y al gobierno socialista,
que no merece ninguna
pero no se pierde ni una,
le tocó esta activista.
Lograr que Marruecos ceda
es por completo imposible,
siendo igual impredecible
que el Polisario interceda.
La testarudez de Haidar
no viene a ayudar nada
resolución razonada,
ni a su causa en ayudar.
Bajo mi corto entender
hay tres cosas importantes
y que siendo interesantes,
difícil son de defender.
Si Haidar sigue adelante
sin querer ser atendida,
es la dueña de su vida
no cutión del gobernante.
Que Marruecos se nos crece
con variar sus relaciones
sin observar soluciones,
firme respuesta merece.
Cual siempre, acostumbrados
sacar desto su provecho,
criticando solo un hecho,
peperos aprovechados.
No es lo mío el callar,
y por tanto, les pregunto:
¿qué hacer en tal asunto?,
¿tal vez puédenlo detallar?
Bien que en tales sucedidos
deban caminar unidos,
no es cutión de partidos,
somos todos agredidos.